Aprendí que cuando se llega tarde hay cosas irrecuperables, igual
gracias, gracias por todas esas cosas que no se deben contar, y por todas esas
que pueden ser contadas. Gracias por hacerme caer, y gracias también por
enseñarme a levantarme. Gracias por todos los besos que no me diste, y por los
que me diste también. Gracias por enseñarme que hay cosas que no valen la pena.
Gracias por enseñarme que hasta dentro de la peor persona se puede encontrar
algo bueno. Gracias por enseñarme a luchar, pero gracias por enseñarme a
rendirme también. Gracias por los sueños, pero sobre todo gracias por la
realidad. Gracias por las promesas que no cumpliste, gracias por valorar las
que yo sí cumplí. Gracias por los días que no pasaste conmigo, y gracias por las
tardes y noches que te tuve. Gracias por las verdades dichas a destiempo, por
lo que dijiste, y por lo que callaste también. Y por sobre todas las cosas
gracias por demostrarme que lo que un día te hace daño, al otro te hace más
fuerte.