Ahora que sé que las personas hablan y no cumplen, ahora que sé que la
vida no tiene un lado sólo, ahora que sé que tratando de encontrar el sentido
de ella estaría días y días pero nunca lo resolvería, ahora que sé que no puedo
esperar que la gente actúe y piense como yo, ahora que sé que siempre en la
oscuridad hay un rayito de luz, ahora que sé que personas en las cuales confiar
hay pocas, ahora que sé que ser cambiante puede afectar a los demás, ahora que
sé que ser yo es mi única verdad, ahora que sé que la vida te exige cambiar
cuando muchas veces no estás preparado, ahora que sé que el cielo tal vez sea
cielo y nada más, que tal vez hoy esté y mañana no, que el futuro y el destino
son incertidumbre pero no puedo cambiarlo; ahora sólo sé que no puedo hacer
nada, ahora sé que no vale la pena darme la cabeza contra la pared una vez más.
Ahora sé que me tengo que relajar, entendiendo o no. Eso de vivir para aprender,
o aprender para vivir es filosofía barata. Sólo queda vivir. Vivir y nada más.